Cómo actuar en mi día a día

Al ser mamá ¿Pierdo o gano?

Por: Gisela Pliego

Madre, mamá, son sustantivos comunes que se usan para nombrar a una mujer que tiene hijos y/o hijas, con ellos nos referimos a la persona que nos dio la vida después de habernos desarrollado en su vientre o de haber sido elegidos por ellas en adopción, por ejemplo. También son adjetivos con los que se califican muchas cosas que van desde algo muy valioso (está a toda madre) hasta algo poco valioso (valió madre)

Actualmente vemos, con más frecuencia de la que quisiéramos, que las mujeres se sienten incómodas al identificarse con este término; ya que lo asocian con “pérdida” de libertad, identidad, comodidad, desarrollo, mejora económica, belleza física, etc… A raíz de qué han llegado a esta postura, me pregunto, ¿acaso las mujeres que somos madres hemos proyectado que la maternidad es algo negativo? ¿Será que nuestra necesidad de ser consideradas con equidad por los hombres nos hace ver a los hijos como un obstáculo? ¿Es la época en la que estamos, en la que lo material, lo palpable, lo inmediato es donde creemos que está la felicidad? Me parece que estamos ante múltiples factores que podrían ser la causa de ver la maternidad como una pérdida. Podríamos plantearnos que se trata de falta de vocación, a lo que responsablemente tendríamos que preguntar ¿Por qué ha disminuido la vocación de ser mamá?

En el otro extremo se encuentran quienes conciben a la maternidad como un “derecho” y dejan de lado su naturaleza de ser “don”. Es el otro lado de la moneda, en el que también se sufre y se omite pensar en el ser que es el hijo(a) que es el sujeto del “derecho”

¿Quién gana entonces al ser mamá? La mujer que conoce su cuerpo, lo acepta y lo ama, la mujer que está abierta al don de la vida, la que entiende el enorme valor de la familia, la que ha desarrollado su capacidad de amar a otro y de servirlo. La mujer que admite que el momento de mayor libertad es en el que elige renunciar porque sólo así es dueña de sí, la que ve que educar a un ser humano es la mayor aportación que puede brindar a la humanidad, la mujer que responde a esta vocación con un sí y va descubriendo en el trayecto que el viaje que emprendió vale la pena en cada lágrima, cada abrazo, cada vez que escucha que le digan “mamá”, la que, al haberlo dado todo, se siente plena y exitosa con cada logro de su hijo(a), la que busca auténticamente el bien que le hace bien a ese ser que recibió como don.

Todo está en atender y escuchar nuestra esencia, responder a nuestra vocación. Si recibes el don de la maternidad, o cualquier otra misión, recibirás con qué corresponder. Lo que sí te digo, sin temor a equivocarme, es que fuiste hecha para el amor, para servir y para ser feliz. Nadie que viva para sí mismo conoce la plenitud, porque ésta se conoce con la entrega, en el servicio, en la vida en sociedad y principalmente en la familia, lugar, por excelencia para la formación de los seres humanos y para su desarrollo, cuyo origen está asociado con la madre o mamá.

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