Cómo actuar en mi día a día

¿Cómo echar a andar nuevos proyectos?

Por: Miguel Hernández

Aunque no es exclusivo del inicio de cada año, generalmente nos proponemos NUEVOS PROYECTOS en estas fechas. Las motivaciones pueden ser de toda índole y presumiblemente adecuadas; no obstante, profundizar en los motivos puede ser la clave de su consecución. El esfuerzo que se realice es del tamaño de tu motivación más profunda; Es decir, si estableces retos, propósitos, proyectos por moda, por decir algo, por un sueño pasajero, por quedar bien, etc., poco a poco se desvanecerán en el tiempo y la frustración será un acompañante de tu personalidad. Mientras más profunda sea la raíz de tu motivación, mayor será el empeño que apliques. Si miramos desde otra perspectiva nuestros proyectos, quizás podamos establecer bases firmes para su logro. Veamos.

Distinguir el tipo de proyecto puede ayudarnos a resolver al menos su prioridad y en nuestra mente dar claridad de la profundidad de los motivos de cada uno, así que de nuestra lista de proyectos establezcamos cuáles son:

1.- Urgentes: Ineludibles, no hay para atrás, se deben realizar de inmediato. Ejemplos: fugas de agua o de gas, daños estructurales graves de mi casa, una enfermedad, quedar sin trabajo, problemas significativos en la familia, rompimientos, problemas legales, etc.

2.- Necesarios: Se deben realizar antes de que se conviertan en urgencia. Ejemplos: malestares por posible enfermedad; mantenimiento y seguridad de mi casa; mantener y mejorar en mi trabajo; promover las relaciones sanas; prever contingencias, etc.

3.- Importantes: Aquellos que te otorgarán un mayor valor agregado, beneficios, satisfacción, autoestima. Ejemplos: cuidado de la salud; seguridad física, moral y económica: desarrollo personal, familiar y social; armonía en relaciones, etc.

Una vez que hayas clasificado tus proyectos podrás visualizar, analizar y discernir con cuáles te quedas, si son posibles, reales y, sobre todo, podrás escoger aquellos que no sólo te solucionan un problema, sino que te resuelven varias necesidades; a éstos los llamamos: Proyectos Impulsores de Valor. Por ejemplo, bajar de peso podría ayudarte a mejorar tu salud, al buen humor, a modificar una emocionalidad, a armonizar relaciones, a trabajar con más empeño, a motivarte a establecer nuevos proyectos, etc.

Es muy importante destacar que los proyectos importantes que no se realicen, muy probablemente pasarán a ser necesarios y en breve, si no son atendidos, pasarán a ser urgentes. Una persona que se dedica a apagar fuegos, es decir, a realizar sólo lo urgente dejando de lado lo necesario y lo importante, no tiene tiempo para discernir, planear, ver opciones y decidir por lo más rentable, lo más durable, la mayor calidad, el mejor servicio, lo más eficiente, lo más gratificante. Normalmente lo urgente, por su inmediatez, será más caro, más costoso, más desgastante, más emocional y menos satisfactorio.

Ahora bien, en el artículo de hace un año “Para qué hacer propósitos de año nuevo si no los cumplo” establecemos la parte técnica y administrativa para realizar proyectos; a continuación, retomamos algunos aspectos y agregamos un par que pueden ayudarnos a aclarar y a anclar cada proyecto acorde a nuestros motivos verdaderos y profundos.

- VIABLES. Deben poder cumplirse.

- DEPENDEN DE MÍ. Verifica que establezcas proyectos que dependan de ti y no de otros; independientemente de que puedas apoyarte en otros para ejecutarlos.

- MEDIBLES. Es recomendable escribirlos, establecer plazos y subobjetivos, de manera que puedan cuantificarse y revisarse cada determinado tiempo.

- CÓMOS. Establecer las formas y estrategias para llevar a cabo tus proyectos.

- SOCIOS. Los socios, son aquellas personas que puedes convertir en tus aliados para que te ayuden a distinguir la naturaleza del proyecto, definirlo mejor, establecer alcances reales y, sobre todo, apoyarte cuando flaquees y festejar contigo cuando lo logres.

- FORTALEZA. Veamos el proyecto como una carrera de 100 metros. Inicia con un disparo; se acomete, es decir, se acelera a máxima velocidad; se mantiene la velocidad hasta terminar. El valor de la fortaleza lo podemos distinguir por 4 etapas en cada actividad o proyecto de vida: iniciar, acometer, mantener y terminar. En cada una de estas etapas cabe la duda, la tentación de flaquear y rendirse, pero la motivación y el entrenamiento previo es lo que nos harán triunfar y LOGRAR.

Hemos hablado del QUÉ y el CÓMO; el PARA QUÉ subyace en lo que te mueve. Recuerda, tus proyectos dependerán de la profundidad de tus razones, de la naturaleza de éstos y de los principios que tengas para establecerlos y llevarlos al logro ¡Éxito!

“Tus límites están en tus propias motivaciones”
Miguel Hernández M.

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