Cómo actuar en mi día a día

¿Cuándo se acaba el quehacer?

Por: Gisela Pliego

¡Qué gusto saludarles! En esta ocasión para hacer una reflexión acerca del quehacer, talacha, chamba, faena, limpieza… de la casa o de cualquier otro lugar.

La pregunta es ¿Cuándo se acaba? Me puedo imaginar que su respuesta es “NUNCA”. Si te estás refiriendo a esta vida tienes toda la razón, el quehacer no se termina. Suelo decirles a mis hijos cuando llegamos a la tan conocida expresión “Nunca se acaba el quehacer” “Señal de que todavía no estamos en el cielo” señal también de que estamos vivos, de que no tenemos que limpiar la casa sino que tenemos una casa que limpiar, ropa y trastes que lavar, juguetes que recoger, comida que comprar y almacenar. Porque somos personas bendecidas y saber agradecer es el principio de mi propuesta para esta reflexión.

Sonaré algo reiterativa, pero hay personas que no tienen quehacer porque lo han perdido todo, porque no saben involucrarse con su familia en mantener un hogar agradable, porque han perdido el sentido de la vida, porque ya no tienen fuerza para hacerlo, porque están enfermas, etc., etc…

Los que tenemos quehacer sólo debemos de convertir una obligación odiosa en una bendición llena de significado, aprender a hacerlo con gusto para que venga el gusto de hacerlo e ir desarrollando técnicas que lo hagan más llevadero, eficiente y atractivo.

Hablemos pues del desarrollo de técnicas:


1. Actualmente puedes encontrar en internet cualquier cantidad de páginas con consejos sencillos y prácticos para hacer las cosas correctamente, en menos tiempo y con menos herramientas de trabajo ¡Claro! Sólo hay que consultarlas.


2. Debido a la publicidad estamos llenos de productos costosos y muy diversos para hacer la limpieza que, aquí entre nos, sobran y ocupan demasiado espacio y gasto. Me permito decirles después de 45 años de ser ama de casa y de haber caído en las redes del consumismo que con Pinol y vinagre logramos mantener nuestros espacios relucientes.


3. La mejor recomendación que puedo hacerles es: mantener un espacio en orden y limpio es mil veces más sencillo y conveniente que limpiarlo cada vez desde cero. Me permito explicarlo más al detalle:

...a) Si tienes en tus baños las herramientas necesarias (atomizador con pinol, vinagre con unas gotitas de jabón de cocina, cepillo escoba y trapos) podrás hacer una limpieza sencilla todos los días cuando ocupes el sanitario.

...b) El tema en la cocina es muy sencillo también, ya que lavando, secando y guardando los trastes de cada comida, el agobio de una cocina sucia, que les quitaría muchísimo tiempo limpiar, se termina y les aseguro que la adquisición del hábito es muy agradable de conseguir ya que la satisfacción y buen ánimo que te da un lugar limpio y ordenado, te llevará a repetir estas acciones con inmediatez y gusto.

...c) El lavado de la estufa se realizaría cada vez que cocines con un poco de vinagre con jabón y un trapito limpio.

...d) También hay recomendaciones con el manejo de la ropa: lavarla por separado (clara / obscura) antes de que se acumule, tenderla (el sol hace maravillas con tus prendas claras), doblarla sobre una mesa que te quede cómoda (un atomizador un 50% de agua 50 % de alcohol ayuda a eliminar arrugas), y que cada uno de los miembros de la familia se encargue de guardar lo suyo (a los más pequeños hay que distribuirles la ropa en sus cajones de forma en que sea factible que la guarden lo mejor posible)



4. Una casa bien ventilada, con camas tendidas, sin trastes sucios, con la ropa bien ubicada en su lugar antes y después de lavar, con sus baños limpios y sillones ordenados (con sus cojines y mantitas bien presentados), con los zapatos en un lugar específico; se puede limpiar con mayor profundidad una vez por semana promoviendo la participación de todos de acuerdo a su edad e intereses.


5. ¿Quieren que los miembros de su familia también valoren y agradezcan lo que tienen para que lo sepan cuidar? Supongo que su respuesta es sí, pues es muy sencillo: hay que involucrarlos en la conservación de las cosas, es necesario que la sientan suya con todo lo que tiene, que les implique esfuerzo su protección, que se sientan orgullosos de su apariencia y que los lleve a querer compartirla con más personas; ya que “compartido es mucho mejor”.

En esta ocasión hicimos un breve ejercicio que les abra el apetito para vivir en una casa limpia y ordenada; ya que ésta es la opción ante la realidad de que el quehacer nunca se acaba. Es su decisión aceptarlo como una bendición y hacerla crecer todo lo que ustedes y sus familias deseen.

El desorden es el conjunto de decisiones pospuestas, mientras que el orden, es tener un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar en el momento preciso sin posponer…

¡Ánimo! Tras el esfuerzo, trabajo y gran amor que imprimes a esta tarea; viene la satisfacción de poder decir “HOGAR, DULCE HOGAR”

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