La vida laboral es como una montaña rusa; en ocasiones te encuentras subiendo y apuntando hacia la cima, en otras sientes que vas de bajada… se combinan un sinfín de emociones y diversos factores se conjugan en el proceso de aprendizaje y desarrollo.
Uno de esos factores clave en nuestra vida laboral es: EL JEFE, LA JEFA… En el mejor de los casos tienes al frente a una persona inteligente, profesional, honesta, noble, justa, con liderazgo y capacidad de guiar al equipo a las metas comunes y, con ello, de impulsar tu propio crecimiento profesional… Pero ¿qué pasa cuando no es así? Si no existe persona perfecta, parece bastante probable que no exista jefe o jefa perfecta… Quizás es inteligente y entregada, pero no es justa; tal vez es honesta y noble, pero le falta estructura y liderazgo… El asunto es que a ti te toca darle cuentas a dicha persona.
Es de gran ayuda comenzar por comprender que tu jefe es un ser humano y que, como todos, tiene cualidades y defectos; está bien tener conciencia de sus defectos, no para criticar o juzgar, sino para comprender; y es aún mejor tener en consideración sus cualidades, sobre todo aquellas que le hacen estar al frente. Ahora bien, puede que en el camino te topes con decisiones y acciones con las que no estás de acuerdo y esto te genere un conflicto constante… ¿Es así?
Si te encuentras en una situación así, vale la pena analizar el origen del desacuerdo para saber cuál es la mejor forma de reaccionar y accionar ante tal emoción:
- ¿Se trata de algo que tú harías diferente?
Si en la emoción encuentras a tu ego con necesidad de ser alimentado; considera que
ceder es bueno y es necesario. Si en la emoción, encuentras un interés genuino de
apuntar a la meta y de hacerlo de una mejor forma; considera que la comunicación
asertiva es buena y necesaria… puedes hallar el modo adecuado de realizar tu sugerencia.
Evita hacer comentarios con tus compañeros, porque se empieza a generar un ambiente muy
desfavorable en la oficina y además no se llega a ninguna solución. Para lograr hacer tus comentarios y
que sean recibidos de la mejor forma considera:
● Revisa que tu emocionalidad sea adecuada, si aún hay enojo no es el momento para hablar. El
que se enoja pierde, no lo tomes como algo personal y enfócate en resolver la situación que se está
presentando.
● Busca el momento y espacio adecuado para hablar, una vez más, los jefes son seres humanos a
los que tampoco les gusta ser evidenciados frente a otros.
● Observa tu comunicación no verbal: contacto visual, gestos, tono y volumen de voz. Si ésta no
va en línea con lo que quieres compartir, es muy probable que el mensaje no sea recibido como esperas.
● Resalta los puntos en los que concuerdas para hacer notar que tu intención es legítima; así
además demuestra tu respeto por sus opiniones y argumentos.
● Utiliza un lenguaje sencillo para que el mensaje llegue con rapidez, no sin antes haber
preparado las ventajas, antecedentes y consecuencias de lo que propones.
● Escucha activamente la retroalimentación que recibas; sé flexible y reajusta ofreciendo
alternativas y soluciones que ayuden con las preocupaciones de tu interlocutor.
● Ten en cuenta que quizás no se acepte tu sugerencia
- ¿Se trata de algo que consideras injusto?
Es factible que, al tomarse una medida general, en la que no se toman en cuenta las
individualidades, se cometa alguna injusticia. Piensa en el que se pasa un alto porque va a llegar tarde
a una cita contra el que se pasa un alto porque lleva a una persona herida en el carro; ambos pueden
provocar un accidente y por ello deberán llevarse una multa si algún policía llegara a detenerlos… sí,
parece injusto en primera instancia, pero son estas reglas las que nos mantienen a la mayoría a salvo.
Date la oportunidad de pensar si esta medida, aunque molesta para algunos, en realidad puede significar
una mejora para todo el ambiente laboral.
Si no es así, y en realidad hay una injusticia que está dañando la integridad
física, emocional o mental de algún compañero o de ti mismo será urgente que levantes la
voz utilizando los canales que la empresa ha fijado para hacerlo, o en su defecto, acudiendo a
instancias externas como las Juntas de Conciliación y Arbitraje que han sido diseñadas para dar solución
a conflictos laborales.
- ¿Se trata de algo que consideras deshonesto?
Aquí hablemos claro, ante la sospecha de deshonestidad ya no sólo estamos hablando de un
desacuerdo, sino de la existencia de malas prácticas en tu lugar de trabajo. Ya sea que
éstas sean cometidas sólo por una persona o por más, tendrás que empezar a recabar evidencia que te
respalde para que puedas poner una queja formal en contra de tu jefe o jefa y dependiendo de la
resolución que tomen las autoridades competentes, deberás de considerar si continuar en este empleo es
bueno para ti o si es tiempo de buscar otras opciones.
Maneja esta situación con mucha inteligencia y discreción. ya que no sabes
dónde están las lealtades de los demás trabajadores y podrías salir mal parado de esta situación.
- ¿Se trata de algo que compromete tu ética?
Una cosa es que encuentres actos deshonestos en los jefes, pero algo muy distinto es que te
hagan cómplice de los mismos. Si ya están involucrando tu ética, es un hecho que no
puedes continuar así y tendrás que tomar cartas en el asunto.
En el caso de que sientas comprometida tu ética personal, no necesariamente por ser algo
deshonesto, sino porque no va con tu jerarquía de valores, puedes considerar expresar
con todo respeto porqué consideras que la situación es un conflicto moral para ti. Si tus superiores te
entienden y te apoyan en el momento en el que has manifestado tu inquietud, puedes dar gracias de
pertenecer a una empresa en la que no sólo se respeta la diversidad de opiniones, sino que es celebrada.
Pero si esto no ocurre, y más bien sientes que tienden a alienarte o incluso burlarse de tus creencias y
convicciones… ¿qué estás haciendo en un lugar así?
Quizás hoy no estés en la posición de ser jefe, pero es una posibilidad que está en tu panorama. La empatía que hoy sientas por tus jefes puede llevarte a ser el mejor jefe en el futuro. Aun cuando en las empresas no siempre se da el liderazgo formal (el puesto gerencial) a quienes son los líderes naturales del equipo de trabajo; puedes ser clave para el crecimiento del equipo. Y claro, como jefes habrá que darse cuenta de quiénes son esos líderes naturales que ayudan a encaminar a todos los miembros de la empresa hacia el objetivo final; saber consultar sobre las decisiones que se tomen con sus superiores, pero también con los subordinados; aceptar y corregir cuando se ha cometido un error y, sobre todo, ser congruentes con lo que se piensa, se dice y se hace.