Cómo actuar en mi día a día

Hay de maestros a MAESTROS.

Por: Miguel Hernández

A poco no, hay maestros de los que te acuerdas y hay maestros de los que no ¿Qué tal la clásica maestra de kínder que es más divertida y alegre que los mismos niños? O el profe que cierra la puerta exactamente a la hora que comienza la clase aunque deje a la mitad del salón afuera ¡Cómo olvidar a la maestra que ama tanto su materia que piensa que es la única y nos llena de tareas! La teacher que mientras le hables en inglés permite que la clase se trate de cualquier tema… También está el maestro tan apasionado que te llega a entusiasmar igual a ti.

Es más, podríamos decir que puedes recordarlos por las buenas o las malas experiencias que has tenido con ellos. Incluso puedes recordar maestros por las experiencias de otros y mientras esos otros sean más cercanos, mayor será el impacto positivo o negativo en ti. Es decir, las experiencias de tus hermanos, amigos, hijos te brindan un ramillete de maestros que han influido en tu vida estudiantil e inclusive profesional y social.

Ahora piensa…

¿Cuáles son los 3 maestros que más influyeron en ti positivamente hasta ahora?
Por otro lado ¿Recuerdas 3 maestros que influyeron en ti negativamente?

Por otro lado, los maestros podrían decir que hay alumnos de los que se acuerdan y que hay otros de los que no. Y lo mismo, que los recuerdan por experiencias de satisfacción o insatisfacción. Y por supuesto que esas experiencias con alumnos influyen definitivamente en su vida de enseñanza inclusive de desarrollo profesional y social.

¿Crees haber influido en algún maestro positivamente?
¿Crees haber influido en alguno negativamente?

Seguro, lo que has recordado con las 4 preguntas lo puedes traducir en características, rasgos, defectos y cualidades tanto del buen maestro como del malo. Y quizás te hayas identificado también como un mal o un buen alumno en ciertos momentos de tus etapas de educando.

Estamos en una encrucijada, por un lado el alumno aprende y se va normalizando conforme lleva más tiempo de alumno y el maestro, aún laureado con honores de su carrera, inicia su proceso hasta que está frente a grupo. Es decir, ambos, maestros y alumnos viven un proceso paralelo de aprendizaje. Al cerrar un año iniciará otro que requerirá nuevamente del aprendizaje de ambos por los nuevos retos, otro grupo, nuevos alumnos, otras materias, etc. Es decir, es un proceso paralelo de aprendizaje continuo.

Claro, el maestro es el adulto. Adulto que escogió por Vocación la Enseñanza, Adulto que ha madurado, con dominio personal, con sensibilidad, empatía, espíritu de servicio, con humanismo en tanto que ve por la necesidad del otro. En suma es importante distinguir que el maestro es un facilitador del conocimiento para el alumno, un normalizador de hábitos, un generador de ambientes de aprendizaje, un formador que cree en el otro para obtener desde dentro su mayor potencial.

Al final, aquellos que recordamos como buenos maestros lo son independientemente de su personalidad o las características de enseñanza que utilizan. Estamos hablando de personas con intencionalidad educativa, capaces de enseñar a partir del alumno y no de un temario. Maestros que ven más allá de calificaciones y puntuaciones, que reconocen a cada ser humano que pasa por sus aulas.

1.- Si hay maestros que te traen malos recuerdos, te invitamos A PERDONAR. El rencor es un estado emocional corrosivo que te afecta e inclusive a los que te rodean. Es momento de soltar. Y con ello:

2.- AGRADECE por aquellos maestros que han dejado huella en ti, un sello. Sí, agradecer porque el agradecimiento es el acto que limpia, que perdona, que reconoce, que aporta, que conduce, que encuadra, que compromete, que lleva a la acción.

¡Gracias maestros!

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