Cómo actuar en mi día a día

¡MAMÁ DE TIEMPO COMPLETO!

Por: Diana Hernández

Hola ¿Alguien por aquí es MAMÁ de tiempo completo? ¡Claro!... ¡Yo! ¡Tú! ¡Ella!

Una mujer que, sea de forma natural o espiritual, ha dado vida y continúa procurando vida para otro ser, ES MAMÁ; y una vez que eres mamá, eres mamá de tiempo completo… No importa si trabajas, si dedicas tu tiempo al mantenimiento de tu hogar, si cuentas con apoyo de tus padres o de una niñera, si cambias uno o todos los pañales, si has recurrido a una guardería o si tú eres la guardería… Ser mamá es una bendición y una responsabilidad de tiempo completo.

Desde que tu bebé estaba en camino, tus prioridades cambiaron y se reordenaron; y te enfrentaste a un sinfín de acciones y renuncias en torno al suceso ¿cierto o falso? Desde aquel momento en que decidiste que era mejor no fumarte ese cigarro, no beberte ese coctel, acudir con el doctor, tomar un curso, leer libros y artículos, comprarle ropita, pintarle su cuarto, quedarte en reposo por el bien de tu bebé… y demás; te asumiste como madre y dispusiste tu mente, cuerpo y alma para darle vida.

Es claro que las circunstancias de cada mamá son distintas, así como lo son las diversas renuncias y acciones que cada una toma… Aquí no estamos para juzgar cuáles son las correctas y cuáles no, sino para reconocer que, desde la situación de cada una, hemos dado vida… y dar vida va mucho más allá de un parto; es decir ¡Sí! y darle la bienvenida; es levantarte y acudir a su llamado; es procurar su alimentación; regalarle minutos de tu atención y contemplación; es hablarle y motivarle a lograr; es trabajar para darle lo necesario; es escucharle y dejarte sorprender por él o ella; es darle la mano y caminar a su lado; es soltarle la mano cuando necesita caminar por su cuenta…

Nuestro principal compromiso con Dios, que ha sido la mente maestra detrás de este milagro de la vida, es aceptarla y asumirla con amor; y nuestra principal responsabilidad hacia nuestros hijos, es darles vida y luz en cada oportunidad, unas veces será a través de la ternura y el apapacho, otras tantas será a través de firmeza y límites que le hagan crecer, pero siempre con la intención de darles vida y herramientas para que conquisten su felicidad… Suena repetitivo, lo sé, pero ¿se han dado cuenta de cuántas personas a nuestro alrededor ofrecen muerte y obscuridad? Por ello, mas vale repetir y gozar del privilegio que tenemos de hacer lo contrario… ¡DAR VIDA Y LUZ!

Espera ¿te has equivocado? ¿has fallado alguna vez? ¿has renegado? ¿te has cansado? ¿has querido tirar la toalla? Por supuesto, todas lo hemos hecho… pues bien dicen que no hay instructivo para ser madre y somos seres humanos, nunca perfectos, pero siempre perfectibles… Sí, quizás les pegaste unos gritos de terror para que se fueran a dormir, pero cuando estaban dormiditos y te encontraste en el silencio, fuiste a darles un beso en la frente. Ok, probablemente te distrajiste en el teléfono mientras tu hija te contaba que se peleó con su amiga, pero después lo recordaste y le hiciste más preguntas para saber cómo se sentía. Ups, tal vez le exigiste algo y le diste justo el ejemplo contrario, pero gracias a una charla, recapacitaste y corregiste tu propia conducta para darle un mejor ejemplo…

Y es que esa es la gran belleza de la maternidad; el genuino interés por el bien y la felicidad de nuestros hijos nos exige y nos impulsa continuamente a ser mejores… por eso es que somos MAMÁS DE TIEMPO COMPLETO.

Ahora bien… antes de seguir, recuerda que en este camino no estás sola… voltea a tu alrededor… será alentador encontrarte con tu pareja y coautor de este milagro; será una gran alegría si aún cuentas con tus padres o una tía que son apoyo incondicional; será reconfortante y motivador hallar a tu hermana, prima o amiga con quien compartes penas y alegrías; tal vez te encuentres conmigo o con ella, que somos madres y compañeras de esta proeza… Y, aún si no hallaras a alguno de los anteriores, a quien seguro encuentras, sin falta, listo para ti, dispuesto a renovar tus fuerzas e inyectarte de amor, es a Dios, así que considéralo tu mejor aliado en esta misión.

Sin más ¡Mi reconocimiento para ti MAMÁ! ¡Felicidades por decirle SÍ a la vida, por ser la luz que necesita tu familia y por ser ese agente de AMOR que tanto requiere nuestra sociedad!

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