Cómo actuar en mi día a día

MAMÁ...

Por: Diana Hernández

Mamá… ¡MAMÁ!... tan fácil que es decirlo y tan profundo que es su significado; puedo asegurar que fue mi primera palabra y puedo recordar que cada vez que la he dicho, he obtenido una respuesta pronta y satisfactoria.

Hoy quiero agradecerte mamá, porque desde el momento en que me estabas esperando, ajustaste mil detalles de tu persona y de tu vida para preparar mi llegada… Yo sé que no siempre fue fácil, que sentiste náuseas, nervios, cansancio y uno que otro dolor… que te tocó prestar cuerpo y alma para asegurar mi desarrollo hasta poder abrir mis ojos al mundo ¡Cuánto donaste desde el primer segundo para que yo pudiera existir!

Gracias, mamá, porque a pesar de tu sueño, despertaste cuando me escuchaste llorar; porque aún con tu cansancio, te levantaste para ayudarme a descansar; porque más allá de tu frío me abrazaste para darme calor; porque a pesar de, con todo y más allá de tus propias necesidades, te dispusiste a atender las mías una y otra vez; y todavía me regalaste una sonrisa, cantos, cosquillas y muchos apapachos.

Gracias por cada “SÍ” y también por cada “NO” que me hizo crecer; por cada atención y por cada vez que me pediste esperar para que aprendiera a ser paciente; por tomar mi mano y llevarme paso a paso, y también por soltarla para que aprendiera a andar por mi cuenta; por abrirme tantas puertas que me han permitido desarrollarme y también por ponerme límites para no caer en cualquier vacío…

Yo sé mami, sé que en este camino has cometido errores, que te has equivocado, que ha habido veces que no tienes la respuesta, que ha habido ocasiones en que no encuentras la mejor forma, que hemos llegado a tener desacuerdos y desajustes… Sé que no eres perfecta, y por eso te agradezco aún más… porque, sobre todo, sé que nunca lo has dejado de intentar, que cada día has tomado la oportunidad de hacerlo mejor y que yo he tenido a la mejor mamá… Y como bien sé que yo también me he equivocado, que no siempre he sabido reconocer, agradecer y valorar el enorme tesoro de tenerte… me dispongo a seguir tu ejemplo para jamás dejarlo de intentar y tomar cada oportunidad para hacerlo y ser mejor.

Mami, ma… mamita, mamá… reconozco y agradezco por todo cuanto me diste ayer, por cuanto me regalas hoy y por lo mucho que me seguirás dando en cada día de mi vida… ¡GRACIAS! Porque sé muy bien que aún cuando ya no te tenga físicamente, tu entrega, tu esencia, y tus enseñanzas seguirán viviendo en mí; sospecho que inevitablemente seguiré pronunciando esa palabra tan profunda y confío en que de una u otra forma seguirás respondiendo a mi llamado, MAMÁ.

No me queda más que agradecer con todo mi corazón a Dios por tan grande regalo y pedirle que te cuide, te bendiga y te reserve un lugar a su lado.

Te amo y te amaré cada día de mi vida y hasta la eternidad.

Video Postal 1 Postal 2 TOP TIPS


ir a secciones BLOG