Cómo actuar en mi día a día

Mis compañeros entorpecen mi trabajo.

Por: Gisela Pliego

¿A quién no le ha pasado alguna vez que, por negligencia de alguien más, no puede dar los resultados esperados? Por ejemplo: no me entregaron a tiempo, no se hizo la última revisión y entregamos algo deficiente, alguien que se hizo la ilusión de hacerse cargo y al no medir sus posibilidades falló, alguien que está metiendo ideas contrarias por no compartir la visión, uno más que se enfrentó con algún problema y no pidió ayuda, el líder no da el seguimiento adecuado, falta de capacitación, etc.

Nos puede pasar en la oficina, en el equipo deportivo, en la casa, en la escuela y en la sociedad misma.

Creo que sería bueno analizar las reglas básicas para trabajar en equipo o en forma colaborativa; ya que con ello podremos identificar en dónde está la falla para elaborar estrategias que nos ayuden a corregir.


* Tomar decisiones en grupo: esta acción derivará en el compromiso de cada uno y creará sentido de pertenencia.

* Definir las metas: ¿Qué queremos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Estamos seguros de compartirlas con todos los miembros del equipo?

* Impulsar la comunicación: hacer común, compartir los objetivos, los valores, las estrategias con el equipo.

* Tener claros los roles de cada quien: cada uno debe de saber con precisión qué papel juega dentro del equipo y cuál es su función para alcanzar cada una de las metas u objetivos, haciéndose responsable de sus actos.

* Ser asertivos y concretos: es recomendable evitar actuar por sentimiento; ya que esto puede obstaculizar la eficiencia en las relaciones laborales.

* Ejercer un liderazgo positivo: escuchar, esmerarse en la forma de pedir las cosas, dar seguimiento, hablar directamente con quien se tiene un problema, tener un buen prestigio, dar el ejemplo con congruencia, ejercer una verdadera autoridad en la que se busque la mejora de todos y cada uno “el bien común”, generar un ambiente de trabajo con una emocionalidad positiva, reconocer los logros de los miembros del equipo.

Cuando observes que algún compañero está yendo en contra de estas reglas, evita tomarlo en forma personal y crear un conflicto, no te sientas como una víctima y actúa con profesionalismo para ser parte de la solución y no del problema. La fuerza del equipo viene de cada uno de sus miembros, con su experiencia y la aportación de soluciones. Debemos evitar sentirnos más que los demás, lo que hace grande y eficiente a un equipo es la unión de sus fortalezas; para lo cual tenemos que reconocerlas y saberlas embonar en el trabajo colaborativo.

“Ninguno de nosotros es tan bueno como todos juntos…”

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