Cómo actuar en mi día a día

No sé a qué hora se me va el dinero.

Por: Miguel Hernández

¡Un gran problema! ¿No?

Problema que sufrimos todos: ricos, clase media, pobres, personas mayores, jóvenes, adolescentes ¡Claro! unos más que otros.

Ponemos mucha atención en el dinero con el que contamos, siempre deseando ganar más porque no nos alcanza… pero el enfoque está incompleto, pues nuestros ingresos prácticamente son fijos, tanto para los que tienen un trabajo o un negocio, como para el ama de casa o el estudiante. No está mal pensar en incrementar nuestros ingresos, más el primer paso recomendado es saber en qué se va el dinero…

¿En qué gastamos? El dinero existe para ayudarnos en el intercambio de bienes, imaginemos que necesito agua y yo ofrezco sal a cambio… ¡pero quien me puede dar agua está necesitando azúcar! De manera que el dinero facilita que podamos obtener eso que NECESITAMOS.

Preguntémonos ahora ¿gastamos en lo que necesitamos? Para empezar es básico saber cuáles son nuestras necesidades indispensables y después asegurarnos de que es ahí donde gastamos nuestro dinero. Si no tenemos idea de cuáles son esas necesidades, es muy probable que el dinero se esté diluyendo por todos lados.

Cuando compramos lo que no es indispensable, es que tengo necesidades creadas por los anuncios comerciales de cualquier índole ¡vamos! La publicidad genera necesidades y caemos en ellas. A veces es muy buena cuando lo que promueven coincide con mis necesidades indispensables, lo demás nos afecta por efecto de imitación o por moda, si lo adquirimos.

LO QUE NO SE MIDE, NO SE MEJORA - por tanto es muy importante tener el análisis de cuánto y en qué gastamos. Para tal efecto es necesario dedicar un mes a registrarlos día a día. Al cerrar el mes tendremos claro en qué gasté por rubros y conceptos: supermercado, luz, celular, gas, agua, mercado, tienda, renta, arreglo de casa, gasolina, transporte, diversiones, ahorro, etc.

Si lo hacemos un mes el panorama será de corto plazo, lo que nos permitirá analizar y tomar decisiones; si lo hacemos seis meses o hasta un año, tendremos un panorama de largo plazo y nuestro análisis y toma de decisiones será más real y certero.

En nuestro análisis debemos definir los artículos y rubros por prioridad:

1 MUY NECESARIOS
2 NECESARIOS
3 NO NECESARIOS.

Así podremos:

* Identificar nuestras compras y servicios con bienes sustitutos y de menor precio.
* Desechar aquello que es sólo una necesidad creada.
* Ahorrar en cada rubro/concepto y con ello, lograr ahorros globales por mes y por año.

Lo más significativo en todo esto es registrar los gastos y analizarlos mes a mes para la toma de decisiones.

Cuando mi esposa y yo nos íbamos a casar, durante las pláticas prematrimoniales, hubo una charla que nos ayudó mucho en nuestra administración:

1. El dinero es de los dos y de cada nuevo integrante de la familia.
2. Definir, de acuerdo al ingreso, mediante “sobres” las cantidades por cada concepto de gasto, metiendo el dinero correspondiente (que antes recibíamos en efectivo).
3. No intercambiar el dinero de un sobre con otro.
4. Registrar día a día nuestros gastos.
5. Analizar mes a mes las finanzas.
6. Planear los gastos del año.

¡El dinero no es la felicidad, pero bien administrado cómo ayuda!

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