Cómo actuar en mi día a día

PAPÁ ¿Firme o cercano?

Por: Ana Gisela Hernández

Mamá tuvo que salir, no pudo llevarnos con ella, así que ¡PAPÁ ESTÁ A CARGO! Toda la casa se convirtió en fiesta, patinamos dentro de casa, chutamos contra la puerta principal, desayunamos pizza, comimos tacos y cenamos pan dulce, no hicimos tarea y la pasamos genial… ¿te suena familiar? Sin duda esto podría convertirse en uno de los recuerdos más increíbles de la infancia, siempre y cuando no fuera algo cotidiano.

Las paternidades están cambiando, hace 60 años, ver a un padre disfrutando a sus hijos sin la presencia de mamá habría sido más bien una excepción. No hace falta ahondar mucho en el porqué de estos cambios, pero cabe mencionar algunas razones de los mismos: el empoderamiento de la mujer para trabajar; la caída de muchos prejuicios sobre la masculinidad; la necesidad de que ambos padres trabajen para solventar las necesidades del hogar; el surgimiento de familias diversas; así como cambios en las modalidades de trabajo. Lo anterior y muchos otros factores han favorecido que, cada vez más, el hombre tenga que y quiera estar más involucrado en la crianza de sus hijos; que sea partícipe y ACTOR en la formación de los hijos ¡QUÉ PADRE!

ERAN FIRMES


En las historias de antaño es común escuchar que cuando papá llegaba a la casa todo tenía que estar en perfecto orden, recibirle con pantuflas y buena cara, evitar a toda costa que la cabeza familiar se enterara de cómo habíamos llegado a este punto en el que todo parecía estar lleno de paz. Bastaba una mirada, un gesto, un ínfimo detalle para que todos se le cuadraran como cual sargento en el cuartel. Papá decidía qué, cuándo y dónde se comía; a dónde y cuándo se iría de vacaciones; qué modelo de zapatos usarían sus hijos y cuándo se reabastecería el clóset… poco valía la opinión de los demás.


Los padres parecían entes externos que cuando estaban de vacaciones se sentían como alienígenas en su propia casa, poco conocían a sus hijos de primera mano y era la madre quien pasaba los motivos de orgullo o las quejas de cada una de las criaturas del hogar. Por otro lado, a papá no se le permitía llorar o mostrar emoción por ningún motivo, siempre debía de ser el roble que sostenía a la familia, quien trajera todos los recursos necesarios para que la casa pudiera funcionar y quien cargaba con la responsabilidad de enfrentar todas las decisiones y sus consecuencias.


Esta dinámica en la que se les exigía lo imposible a los hombres empezó a jugarnos a todos en contra, introduciendo trastornos emocionales en todos los miembros de la familia, produciendo situaciones en las que las relaciones se fueron fracturando.

QUIEREN SER CERCANOS


Como si fuera un péndulo, la sociedad tiende a irse al extremo opuesto cuando quiere un cambio... así es como nos encontramos con padres que se han volcado a consentir y apapachar a sus hijos, que quieren convertirse en sus mejores amigos. Y bueno, esto también tiene consecuencias no tan buenas, pues se polariza la crianza dejando a mamá como la mala en ocasiones, o haciendo que se evadan las responsabilidades con la bandera de pasarla bien siempre. Unas veces es por no saber cómo ser padre, otras por compensar la ausencia o por hacer lo contrario a lo que ellos vivieron en la infancia. Lo cierto es que los extremos suelen ser negativos y lo ideal es buscar el punto medio en el que podemos educar a los hijos con límites, pero con todo el amor del que somos capaces.

FIRME PERO CERCANO


Los hombres de hoy se saben sensibles, emocionales y amorosos. No tienen miedo de mostrarse vulnerables ni de pedir ayuda cuando la necesitan. Es un gran momento para los papás porque hoy están dispuestos a hacer equipo en el proyecto más importante de sus vidas LOS HIJOS. Siendo pareja o estando separados, es crucial que mamá y papá tengan la misma visión de la educación de los pequeños del hogar.


Como papás hay que tener pláticas intensas en las que estemos abiertos y atentos a lo que el otro tenga que decir para definir los principios que deseamos que nuestros hijos tengan. Es necesario dibujar esos límites que no se deberán de cruzar para que los niños puedan desarrollarse libremente en un entorno seguro, en donde se entienda que los errores que lleguen a cometer jamás lograrán que el amor se aminore.


Ser firme pero cercano implica que papá se trabaja a sí mismo, que sabe cuáles son sus defectos y trabaja por mejorarlos, que es capaz de reconocer cuando se equivoca y pide perdón, que busca la verdad antes de buscar tener la razón… es un hombre con inteligencia emocional que logra controlarse antes de lastimar a quienes lo rodean, que encuentra momentos para divertirse, pero también sabe ser serio.

El que busca ser buen padre necesariamente busca ser un buen hombre.

Video Postal 1 Postal 2 TOP TIPS


ir a secciones BLOG