Cómo actuar en mi día a día

Papá ¿un superhéroe?

Por: Gisela Pliego

Sin duda la palabra PAPÁ, que es una expresión tierna y cariñosa de la palabra PADRE que proviene del vocablo “pater” y quiere decir cabeza de familia, nos revela la idea de una persona que te proporciona protección, guía, ejemplo, fuerza,seguridad, etc.

Cuando un hombre cumple cabalmente con su rol de padre, regala a sus hijos el poder crecer en un ambiente de armonía, con la certeza gozosa de estar en buenas manos, sin miedos, con esperanza y con la fuerza necesaria para vencer las dificultades que la vida le vaya presentando. El ejemplo de una figura paterna positiva nos da el mensaje de que sí se puede hacer cualquier cosa, conquistar cualquier cima, lograr cualquier objetivo… al puro estilo de un SUPERHÉROE. Muchos tuvieron o tienen la fortuna de contar con esta imagen del hombre que acepta el don de la vida, se compromete en la formación de ese ser con el que fue bendecido, se dona en cada oportunidad para catapultar a su hijo(a) hacia su mejora, cree, confía, es capaz de ver en su pequeño o pequeña una obra terminada; amarle sin condición, trabajar en equipo con la madre y trabajar con su propio desarrollo humano por el bien común de la familia.

Un hombre que disfruta de su paternidad puede ver las áreas de oportunidad de sus hijos para ayudarlos a reconocerlas y trabajar en ellas, cuida de su familia haciéndose autoridad y también se puede comportar con ternura y cercanía para que en su relación paterno filial se viva el respeto y no el miedo.

Todos hemos sido hijos de un PADRE, presente o ausente, de un ser humano con su buena dosis de virtudes y defectos. Un buen porcentaje de lo que somos es resultado de haber tenido un Superhéroe como papá o a una persona que no supo o pudo reconocer la gran bendición que traía para sí el don de la paternidad en su momento. Cualquiera que sea nuestra historia, si la hacemos consciente, podría llevarnos en este momento presente a aprender de ellos, a agradecer por ellos, a perdonarlos, a corresponderles y a querer para nuestras vidas todo aquello que nos hubiera gustado recibir o recibimos a través de su ejemplo, de su lucha, de su esfuerzo,de su convicción, de su sufrimiento, de su renuncia o de su gozo; finalmente nadie recibe clases para ser padre, se aprende sobre la marcha, incluso, algunos logran el título de súper héroes.

La tarea no es fácil, ser un buen padre no excluye los errores ni los defectos del ser humano. Sería maravilloso evitar los juicios y resentimientos y abrirnos hacia el porvenir de lo que sí podemos controlar y mejorar en nuestra propia vida.

“Desconocemos el amor de un padre hasta que somos bendecidos con nuestros propios hijos”.

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