Cómo actuar en mi día a día

Predomina el mal humor en mi familia.

Por: Gisela Pliego

Veamos… ¿te parece familiar?

* Por lo regular llegamos muy cansados de la escuela o del trabajo, la jornada laboral y el tráfico han hecho lo suyo, ahora estamos poco deseosos de platicar y menos deseosos aún de escuchar o comprender a los demás. Si acaso queremos contar lo que a nosotros nos pasó.

* Muy probablemente, todavía hay que poner la mesa y preparar algunas cosas para la comida, en el mejor de los casos de que la familia todavía se reúna a comer, y con el cansancio que trae cada uno, la tolerancia es mínima, así es que cualquier pequeño roce podría ocasionar un pleito.

* Nuestras mejores caras, comentarios y el mejor esfuerzo lo hemos hecho con los compañeros y amigos; prácticamente no hemos dejado algo de buena onda para nuestra familia.

* En el transcurso de la tarde tenemos que realizar otras labores que queremos acompañar con algunos distractores que casi siempre son compartidos en la casa, también compartimos los espacios; así es que el ruido de los demás o tan sólo su presencia nos parece que obstaculizan nuestra comodidad.

* Para la noche ya venimos cargando con algunas frustraciones, el cansancio del día, el tiempo se nos fue sin darnos cuenta, podría ser que queramos dormir más tarde haciendo algo que nos faltó o que simplemente se nos antoja.

* Un nuevo día y nos costó mucho trabajo despertarnos, tenemos prisa, ahora sí que no queremos hablar ni escuchar a nadie. Igual y la atmósfera camino al trabajo o a la escuela está cargada de reproches, órdenes, pendientes, recados, recomendaciones ¡Qué fastidio!

* Nuevamente dedicaremos nuestro mejor “yo” a las personas que no son de nuestra familia.

¿Te das cuenta?

Nos enfrascamos en estos ciclos que nos llevan a rutinas que nos afectan y afectan a las personas que en realidad amamos más y también las que más nos aman. Igual y ahorita estás pensando que te aman más los que no son de tu familia; pero te equivocas, quien más te conoce, quienes te aguantan y sostienen en tus momentos más difíciles, quien estaría dispuesto a donar uno de sus órganos por ti, está en tu familia. Las personas que te acompañarán toda tu vida y serán más solidarios contigo forman parte de ese grupo con el que compartes un estado de mal humor bastante permanente.

El buen humor es una virtud que se tiene que practicar para hacerla nuestra. Te sugiero que analices tu día a día (aquí te compartí un ejemplo) y que analices de qué manera puedes cambiar la emocionalidad del momento con una palmada en la espalda, un buen chiste, alguna canción, una sonrisa, palabras de ánimo; revisa cómo puedes contribuir con los tuyos para que se regalen un día cada vez más alegre, ligero y propositivo, que seguramente redundará en mayor realización para cada uno en todos los ámbitos de la vida.

El buen humor es una gran muestra de inteligencia, de capacidad de adaptación podríamos decir que es el sentido común, bailando.

El secreto del buen humor es la sorpresa.

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