Cómo actuar en mi día a día

¡¡¿PROFE?!!

¿Qué haríamos si no llegaras a clase? ¿Qué sería de nosotros sin ti? ¿Puedo hablarte de “TÚ”?

Por: Diana Hernández

Estas palabras nacen del corazón de tu estudiante… ése que a veces repelaba, muchas tantas, se distraía; una que otra vez obedecía y, sin duda, también aprendía aún sin darse cuenta.

Los caminos te llevaron a las aulas, y tú abrazaste tu vocación tomando el libro como arma poderosa, el pizarrón como un lienzo para crear, tu voz como un medio para compartir y tu corazón como un motor para contagiar y motivar.

Por generaciones has transmitido conocimientos… mismos que, hoy en día, podríamos descubrir a través de libros o del internet… pero es que tú te has tomado el tiempo para comprenderlos, aterrizarlos, prepararlos y compartirlos conmigo para que los entienda mejor: tú has diseñado ejercicios y dinámicas para despertarme del letargo e invitarme a descubrir; tú has programado tareas que me ayudan a aplicar lo aprendido… y bien sé que has ocupado mucho tiempo fuera de la escuela para planear, evaluar y pensar cómo hacerlo aún mejor.

Profe… cómo agradecerte tanto que has entregado en este camino… esas pláticas que nos has regalado para movernos la conciencia; tu preocupación y cercanía cuando has visto triste a alguno de nosotros; tus ocurrencias que nos han hecho reír y relajarnos; tu creatividad para generar proyectos que nos interesaran y retaran; el tiempo extra para explicarnos lo que no entendíamos o, simplemente, para acompañarnos en lo que llegaban por nosotros… Y todavía has tenido la disposición para disfrazarte, cantar, bailar, jugar y demás, con tal de que tus alumnos fuéramos felices a la escuela y descubriéramos para qué éramos valiosos.

Yo sé profe, no hay sueldo que pague justamente todo el esfuerzo, esa entrega, tanto que has hecho por mí y por mis compañeros… Y todavía, ha habido ocasiones en que me he quejado del trabajo, que he preferido platicar y he ignorado tus enseñanzas… supongo que por mera inmadurez. Imagino que has llegado a ver actitudes en alumnos y exalumnos que te hacen pensar “Pero ¿Qué no me escucharon? ¿No aprendieron la lección que quise darles?” Y que has llegado a sentir un profundo cansancio que puede nublar la vista y hacer creer que “no vale la pena”…

Lamento que a veces la recompensa parezca injusta para la enorme labor que llevas a cabo… pero aquí estoy yo, con un poco más de madurez, para decirte que ¡SÍ VALE LA PENA! Soy ese estudiante que, al paso de los años, te recuerda, te agradece, te valora y aprecia profundamente; y, sobre todo, soy ese estudiante que trata de hacer vivas tus palabras y de honrar tus esfuerzos con mi propia vida… Y confío en que, con sus tropiezos, subidas y bajadas; también existen otros alumnos, exalumnos, personas y familias que son reflejo y VIVO EJEMPLO de lo valiosas y trascendentales que han sido tus enseñanzas; y sé que ese amor que has sembrado en cada lección, tarde o temprano rendirá sus frutos…

Dice Nelson Mandela que “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, y yo digo que tú eres el agente constante de bien que lo hace posible.

¡GRACIAS PROFE!
¡MUCHAS FELICIDADES EN TU DÍA Y BENDICIONES EN TU VIDA!

Video Postal 1 Postal 2 TOP TIPS


ir a secciones BLOG