Cómo actuar en mi día a día

¡ÚNICOS!
Con necesidades especiales.

Por: Diana Hernández Pliego

Hoy, este espacio es para ellos… SERES ÚNICOS y maravillosos, con necesidades especiales.

Ver y escuchar a una persona diferente a nosotros, con alguna discapacidad física, mental o motriz; puede causarnos curiosidad, inquietud, miedo, ternura, compasión, hasta incomodidad… O, en el peor de los casos, indiferencia… Así sea por ignorancia o por problemas más profundos de aceptación; aún navegamos en una sociedad que excluye, discrimina o, simplemente, ignora y sigue adelante. Pero ¿realmente sigue adelante? ¡No! Una sociedad que excluye no avanza.

Ya lo veíamos en nuestro artículo anterior “¿Soy inclusivo?” ; se han hecho grandes esfuerzos y ha habido avances importantes en temas de inclusión; el problema es que a veces se reducen a palabras que aún están lejos de convertirse en acciones y actitudes concretas hacia aquellos que SÍ, son diferentes (como todos), son ÚNICOS, tienen necesidades especiales y necesitan ser integrados con empatía y amor a la sociedad.

De acuerdo con la UNICEF y la Convención de Derechos para Personas con Discapacidad: “las personas con discapacidad son aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Ha habido controversia a lo largo de los años sobre cómo referirnos a ellos y lo que ha quedado claro es que no son “discapacitados” o “minusválidos” sino personas con una discapacidad que requieren diagnóstico y tratamiento para poder descubrir y desarrollar sus propias capacidades.

Laura Alejandra Luna Mora, psicóloga especializada en educación especial, nos comparte que ella encuentra en estas personas la cara de Dios, el amor más puro e incondicional que puede haber; y asegura que la inclusión comienza en nuestro corazón. Como también se mencionaba en el artículo anterior, cuando hay aceptación de uno mismo, estamos en condiciones de observar, conocer, aceptar y amar al otro; de tal forma, los problemas de discriminación hablan más de la “discapacidad” de quien discrimina, que de aquel que es objeto de exclusión

Por otro lado… ¿Debemos nombrar el tipo de discapacidad o síndrome que padece una persona? Nunca para etiquetar y señalar; pero SÍ es importante identificar de qué se trata, para poder conocer, entender, ACEPTAR, y atender las necesidades especiales que se requieran para su desarrollo. Lo anterior, de acuerdo con la psicóloga Laura Alejandra, es importante tanto para la persona que lo vive, como para sus familiares y entorno; pues a partir de la aceptación es que viene la inclusión, el amor y la posibilidad de progreso.

¡Importante! Ante una situación de “discapacidad” no se trata de buscar culpables… sino de asumir responsabilidades; y como sociedad todos somos responsables de ofrecer las condiciones y el entorno que permitan a estos seres únicos desenvolverse plenamente. Esa pequeñita, ese niño, adolescente o adulto con necesidades especiales ya está aquí, y te aseguramos que su presencia en este mundo tiene una razón de ser más poderosa de lo que imaginamos. Cualquiera que se haya dado la oportunidad de conocerlos, ha podido encontrar que detrás de aquella “discapacidad” existen capacidades increíbles y una riqueza incomparable.

Tú ¿Conoces a alguien con necesidades especiales? Te invitamos a acercarte, conocer, y descubrir el rostro de Dios a través de sus ojos.

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